MADAY LLANES. Nació en la ciudad de la Habana, Cuba, pasando sus primeros diez años en la comunidad de Bejucal, ubicada cerca de un río en cuyas riberas había un cañaveral y un cerro con un ambiente muy natural. Solía acompañar a sus primos varones a aquel mágico lugar en donde le enseñaron a lanzar piedras y correr detrás de las mariposas y libélulas. Aquí solía colectar semillas, pedazos de piedras y hojas secas para hacer obras de arte.
Su padre le enseñó el amor por la salida y la puesta del sol. Junto a él recorrió caminos llenos de tierras escuchando recitar sus propias poesías. Le encantaba ir a la escuela porque era muy bonito para ella estar en las aulas, pero por ser melancólica y solitaria su niñez estuvo llena de misterios. Iba a la biblioteca pública de su comunidad con mucha frecuencia a leer textos sobre historia, arqueología, artes visuales y poesía.
Siendo adulta se mudó por dos años a Caracas. Y desde allí se trasladó a la ciudad de Miami. Desde entonces ha vivido en distintas ciudades de Florida. En la actualidad Maday se dedica a colectar pedazos de palos que flotan en la superficie del mar para, con orquídeas, convertirlos en piezas de arte.
En sus viajes por América y Europa suele recoger cristales del mar que luego convierte en prendas de mujeres para adornarlas con un poco de misterio marítimo. Esta artista autodidacta habla inglés y español.